El pasado mes de octubre ha sido, para mi, una etapa muy fructífera en cuanto a lo de escribir. Días de recoger lo sembrado como en una vendimia tardía. También, no lo voy a negar, ha habido alguna desilusión, pero el cómputo global ha sido más que positivo y todavía quedan algunas cositas por concretar. Por poner solo un par de ejemplos, La sabiduría de los líquenes ha sido publicado en el número de octubre de la revista chilena Entre paréntesis y El licántropo ha hecho lo propio en Huellas de tinta . También gané unos libritos muy chulos de la Editorial Almadía en una dinámica veraniega con otro microrrelato y ya digo que hay bastantes cosas pendientes.
He participado por primera vez en Los relatos en cadena de @cadenaser y @deescritores. La consigna era que todos los #microrrelatos deben empezar por una frase, la última del ganador de la semana pasada, en este caso era: Enseguida se le pasará. Como no voy a ser finalista y aunque no se me dan muy bien los microrrelatos, lo comparto por aquí.
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