El pasado mes de octubre ha sido, para mi, una etapa muy fructífera en cuanto a lo de escribir. Días de recoger lo sembrado como en una vendimia tardía. También, no lo voy a negar, ha habido alguna desilusión, pero el cómputo global ha sido más que positivo y todavía quedan algunas cositas por concretar. Por poner solo un par de ejemplos, La sabiduría de los líquenes ha sido publicado en el número de octubre de la revista chilena Entre paréntesis y El licántropo ha hecho lo propio en Huellas de tinta . También gané unos libritos muy chulos de la Editorial Almadía en una dinámica veraniega con otro microrrelato y ya digo que hay bastantes cosas pendientes.
Hay pelis buenas, otras que se te meten dentro... Algunas son infumables y luego viene La torre de Suso, de Tom Fernandez. Supone un lugar donde relajarse, donde respirar, como el río o ese cuarto chiquito donde pones tu música favorita y nadie te molesta. En fin, lo dicho un REFUGIO, así en mayúsculas.
La torre es en esencia una oda a la amistad. Esta ambientada en la cuenca minera asturiana, los personajes protagónicos son Javier Cámara, Malena Alterio y Gonzalo de Castro, entre otros. Qué más se puede pedir, son todo ventajas.
Ya tiene sus añitos, 2007, pero envejece genial. A mi reproductor de deuvedés, un ovni viejo, y a mi, nos flipa.
La proxima peli refugio será, ya lo voy adelantando, Bajo las estrellas
Comentarios
Publicar un comentario