El pasado mes de octubre ha sido, para mi, una etapa muy fructífera en cuanto a lo de escribir. Días de recoger lo sembrado como en una vendimia tardía. También, no lo voy a negar, ha habido alguna desilusión, pero el cómputo global ha sido más que positivo y todavía quedan algunas cositas por concretar. Por poner solo un par de ejemplos, La sabiduría de los líquenes ha sido publicado en el número de octubre de la revista chilena Entre paréntesis y El licántropo ha hecho lo propio en Huellas de tinta . También gané unos libritos muy chulos de la Editorial Almadía en una dinámica veraniega con otro microrrelato y ya digo que hay bastantes cosas pendientes.
Apenas hace unos días Dani nos sorprendió en el grupo de whatsapp de los Juntaletras con esta joyita. Algún día tengo que hablar con más detenimiento de esta pequeña tribu transatlántica que ha germinado y madurado despacio, de a poco, como dicen por allá. Un comunidad pequeñita pero firme.
Dani Bazzano tiene algo de magia o duende, no sé, lo mismo te canta al oído con su acústica y te lleva al cielo, que escribe textos poéticos preciosos o edita vídeos como este. Seguro que si lee esto, le abruma esta intro tan elogiosa, porque además de artista es muy modesta.
Ella vuela, leve, con alas de mariposa, con un movimiento sencillo, ligero, como el de "Las Olas" de Virginia, sencilla como Rhoda.
“Cuando la gente nos deja, siempre queda un misterio […] Al paso de los meses las cosas pierden su dureza. Incluso mi cuerpo deja ahora pasar la luz. Mi espina dorsal es suave como la cera cercana a la llama de la vela. Sueño. Sueño…”
Rhoda. Las Olas. Virginia Woolf.
@rhoda.db
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