El pasado mes de octubre ha sido, para mi, una etapa muy fructífera en cuanto a lo de escribir. Días de recoger lo sembrado como en una vendimia tardía. También, no lo voy a negar, ha habido alguna desilusión, pero el cómputo global ha sido más que positivo y todavía quedan algunas cositas por concretar. Por poner solo un par de ejemplos, La sabiduría de los líquenes ha sido publicado en el número de octubre de la revista chilena Entre paréntesis y El licántropo ha hecho lo propio en Huellas de tinta . También gané unos libritos muy chulos de la Editorial Almadía en una dinámica veraniega con otro microrrelato y ya digo que hay bastantes cosas pendientes.
"'Todos los usos de la palabra para todos' me parece un lema bueno y con agradable sonido democrático. No para que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo."
Gramática de la Fantasía.
Gianni Rodari
Aprovechando lo maravillosamente cómodo que es comprar libros de segundo mano en la red, me he hecho, entre otros, con un ejemplar de páginas amarillentas de Alicia en el país de las maravillas, por sólo un euro, si esto no es una maravilla... En el lote, además de dos ya clásicas obras de Virginia añadí un sencillo cuento infantil que a Zoe le ha encantado (por otro euro) Y así, además del nuevo-viejo cuento, le voy leyendo fragmentos de Alicia y lo vamos disfrutando los dos, porque he de decir que yo tampoco me lo había leído.
"La cosa no tenía nada de muy especial; pero tampoco le pareció a Alicia que tuviera nada de muy extraño que el conejo se dijera en voz alta `!Ay! !Ay! !Dios mío! !Qué tarde voy a llegar!´ (cuando lo pensó más tarde, decidió que, ciertamente, le debía haber llamado mucho la atención, mas en aquel momento todo le pareció de lo más natural); pero cuando vio que el conejo se sacaba, además, un reloj de bolsillo del chaleco, miraba la hora y luego se echaba a correr muy apresurado, Alicia se puso de pie de un brinco al darse cuenta repentinamente de que nunca había visto un conejo con chaleco y aún menos con un reloj de bolsillo. Y ardiendo de curiosidad, se puso a correr en pos del conejo a través de la pradera, justo para ver como se colaba raudo por una madriguera que se abría al pie del seto.
Un momento después, Alicia también desapareció por la madriguera, sin pararse a pensar cómo se las iba a arreglar para salir después."
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"`!Curiorífico, rarífico!', exclamó Alicia (que estaba tan sorprendida que por el momento ya no sabía ni siquiera hablar correctamente el idioma) `!Ahora me estoy estirando como el telescopio más grande del mundo! !Adiós, pies!´,gritó, pues al mirar hacia abajo y buscarse los pies con la mirada, se estaban alejando tan rápidamente que parecía como si los fuese a perder de vista de un momento a otro. `!Ay, pobres, piececitos míos! !Quién os pondrá ahora las medias y los zapatos! !Yo, desde luego, ya no podré hacerlo! !Voy a estar demasiado lejos para preocuparme de vosotros! !Tendréis que arreglároslas por vuestra cuenta como mejor podáis!´... `ahora que más vale que me ocupe de ellos de alguna manera´, pensó Alicia, `o de lo contrario !a lo mejor les de por no andar hacia donde yo quiera! Vamos a ver: les regalaré un par de botas nuevas todas las Navidades.´"
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